domingo, 15 de septiembre de 2013

¡Comenzamos un nuevo curso!

Como consecuencia a la reformulación de la educación, la escuela se está transformando. Este curso comenzamos fuerte: no solo nos volvemos bilingües sino que además, antes incluso de empezar a dar nuestras clases, tenemos que aprender a programar por competencias y a tener en cuenta las inteligencias múltiples de un señor llamado Howard Gardner. Con una ratio de entre 25-30 alumnos, por mul grande que sea el colegio se nos condensan las ventanas. En nuestros 50 minutos de clase además de tener contento al isnpector de educación, con sus juicios hieráticos programación en mano, no podemos perder de vista la personalización del aprendizaje, encontrar el talento en cada alumno y potenciarlo, integrar los tres agentes educativos (familia, escuela y comunidad), trabajar colaborativamente con otros profesores, organizar y programar actividades extraescolares y, por fin, seguir averiguando cómo funciona eso de las TIC y cómo aplicarlas en el aula. 

Esta es la realidad de uno de los centros escolares en los que imparto clase a su equipo docente. Enseñando a trabajar por competencias y por inteligencias múltiples, me encuentro con una barrera más compleja de superar que la falta de tecnología en el aula: la saturación del profesorado. 

Motivación, teoría y píldoras prácticas: éste es el menú que funciona con los profesores. Enseñar a programar mediante competencias y orientarnos hacia la educación a partir de las inteligencias múltiples, no es nada fácil. En realidad no solo supone un cambio de concepto, sino que da la vuelta totalmente a la forma que tenemos de plantear nuestra clase. Antes partíamos de los contenidos para diseñar actividades, con el objetivo de que los alumnos aprendan. Ahora le damos la vuelta a la tortilla, y primero miramos al alumno para saber qué es lo que le motiva y qué le gustaría aprender, después preparamos la experiencia acercándola lo máximo posible a la realidad, para que tenga un impacto en la misma y beneficie a todos, y por último, determinamos qué contenidos son los que se trabajan.

Educar hacia la personalización del aprendizaje, el desarrollo de competencias y la detección y avance de las inteligencias múltiples, nos obliga a replantearnos no solo nuestra metodología, evaluación, objetivos, tiempos, espacios... sino nuestro rol como profesores, que ha de sufrir un cambio que no solo es conceptual, sino que necesita de una adaptación personal al mismo. Dejamos de ser los que más sabemos, los contenedores del conocimiento, para darle la batuta a nuestros alumnos, el poder de decidir qué quieren aprender. Tendremos que ser guías de los procesos educativos, bilingües y maestros de la motivación.

Como dice una de mis alumnas, profesora de primaria: Ahora se nos está pidiendo que nazca una nueva generación: los super-profes.

Espero poder acompañarles en el desarrollo de nuevas habilidades y conocimientos, para que no tanto aprendan a volar como un super héroe, pero sí a aprender a aprender y a desarrollar la capacidad del aprendizaje a lo largo de la vida. Esas serán las únicas estrategias que harán posible esta transformación de la escuela.

Para quien esté interesado en la temática de las competencias y de las inteligencias múltiples, les dejo las dos presentaciones en prezi que había preparado para ellos.

Recuerda profe, que no estás solo ante todo este cambio: en la "nube" estamos muchos como tú, personas que vamos aprendiendo cada día, porquito a poco. Lo importante está en no cerrarse, sino avanzar.

Empecemos este curso con energía a ilusión, a pesar de todo.

Las competencias básicas:
Las inteligencias múltiples:

2 comentarios:

  1. Bueno, Camino, muy buena entrada y muy buena iniciativa de formación. Sólo me gustaría puntualizar una cosa con respecto a la misma. Se habla de que ahora tenemos que ser o vamos a ser super-profes y yo creo que el problema es que ahora no sacamos todo el partido a nuestra capacidad docente porque estamos muy limitados por las metodologías tradicionales y los materiales obsoletos que se utilizan y cualquier novedad nos parece una proeza casi heroica. Si vamos dejando la tradición y recogemos el testigo de la innovación no seremos super-profes, sino simplemente buenos profes.

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  2. Bueno, Camino, muy buena entrada y muy buena iniciativa de formación. Sólo me gustaría puntualizar una cosa con respecto a la misma. Se habla de que ahora tenemos que ser o vamos a ser super-profes y yo creo que el problema es que ahora no sacamos todo el partido a nuestra capacidad docente porque estamos muy limitados por las metodologías tradicionales y los materiales obsoletos que se utilizan y cualquier novedad nos parece una proeza casi heroica. Si vamos dejando la tradición y recogemos el testigo de la innovación no seremos super-profes, sino simplemente buenos profes.

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