A lo largo de mi vida personal he hecho algunas inversiones y/o tomado decisiones importantes (casa, coches, planes de pensiones). En mi vida profesional, también. Decidirme por dirigir un instituto, involucrarme en la innovación metodológica y, sobre todo, entender que lo importante es mi alumnado y que hay que trabajar (invertir) por (en) ell@s.
Image: Raindrops. Found on flickrcc.net
Por eso, estoy haciendo mi mejor inversión. Una gran inversión. Trabajaré por proyectos en Secundaria y utilizando el Flipped Learning en 2º de Bachillerato. Pero vamos por partes. Que las inversiones hay que tomárselas en serio.
No es una decisión o inversión tomada a la ligera, no es fruto de la improvisación, ni del capricho. Se basa en la experiencia personal, en la experiencia de las redes docentes, en una base científica bastante sólida y ... en la normativa educativa. ¿Alguien da más seguridad? Parece una inversión bastante sólida.
Como ya lo he explicado en un documento que me ha servido para explicárselo a mi alumnado y me va a servir para explicárselo a sus familias, no me voy a extender mucho en este asunto. Pero me gustaría destacar tres aspectos. El primero es que hay teorías del aprendizaje muy sólidas que apoyan estas opciones. La segunda, que el alumnado deber ser el centro del proceso del aprendizaje. Y la tercera, que, aunque la práctica docente general no lo termina de reconocer, la normativa educativa apoya estas opciones.
Image: protagonista David. Found on flickrcc.net
Por eso me gustaría centrarme en los obstáculos, en denunciar la ridiculez de lo que aquí se plantea sea algo raro, algo casi aislado en el páramo metodológico docente. Si existen teorías sólidas que lo apoyen. Si hay constancia de que se mejora el aprendizaje del alumnado. Si casi te obliga la normativa, ¿cómo es posible que lo que estamos planteando aquí no deje de ser una novedad, una especie de raya en el agua?
Y la respuesta a esta trágica pregunta (trágica, al menos para mi) es compleja pero, a la vez, muy clara: la mayoría de los docentes, sobre todo en secundaria, no está formada para enfrentarse a cambios metodológicos y sí para reproducir un sistema completamente desfasado que no provoca el aprendizaje del alumnado sino una acumulación improductiva de contenidos. Contenidos muy útiles hace veinte años, pero completamente inútiles en el mundo globalizado y en red que nos rodea. Algo que cuesta mucho reconocer. Algo que da miedo. Miedo a la incertidumbre y a lo desconocido y a aprender de nuestro alumnado (cuántas veces no he escuchado a algún/a docente decir: "es que si utilizo lo ordenadores, o la PDI, se van a dar cuenta de que no tengo ni idea").
Sin embargo, este panorama algo sombrío no debe empañar otras realidades cada vez más extendidas. Las experiencias de much@s docentes que se embarcan en la maravillosa aventura de comprender a su alumnado y de intentar darles lo que necesitan. Y, sobre todo, de la visión del alumnado, de su respuesta, de su mayor motivación ante propuestas como las que se plantean aquí. Y esas respuestas son reales, son verdaderas, son sinceras. Nos animan a seguir por este camino.
Y la respuesta a esta trágica pregunta (trágica, al menos para mi) es compleja pero, a la vez, muy clara: la mayoría de los docentes, sobre todo en secundaria, no está formada para enfrentarse a cambios metodológicos y sí para reproducir un sistema completamente desfasado que no provoca el aprendizaje del alumnado sino una acumulación improductiva de contenidos. Contenidos muy útiles hace veinte años, pero completamente inútiles en el mundo globalizado y en red que nos rodea. Algo que cuesta mucho reconocer. Algo que da miedo. Miedo a la incertidumbre y a lo desconocido y a aprender de nuestro alumnado (cuántas veces no he escuchado a algún/a docente decir: "es que si utilizo lo ordenadores, o la PDI, se van a dar cuenta de que no tengo ni idea").
Image: Mad Hatter´s Tea Party. Found on flickrcc.net
Sin embargo, este panorama algo sombrío no debe empañar otras realidades cada vez más extendidas. Las experiencias de much@s docentes que se embarcan en la maravillosa aventura de comprender a su alumnado y de intentar darles lo que necesitan. Y, sobre todo, de la visión del alumnado, de su respuesta, de su mayor motivación ante propuestas como las que se plantean aquí. Y esas respuestas son reales, son verdaderas, son sinceras. Nos animan a seguir por este camino.
Hay luz después del túnel. Hay inversiones posibles y muy productivas en esta época de crisis que nos azota: darle protagonismo al alumnado, a su contexto, a sus intereses. Y olvidarnos, como docentes, de nuestros intereses, de nuestros gustos o preferencias académicas o profesionales. Como dijo nuestro querido José Luis Rendondo: INVERTIR EN CLASE.
Una gran in versión. Segura. Responsable.Solidaria. Por ell@s. Por tí.
Image: sembrar semillas. Found on flickrcc.net
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