martes, 7 de junio de 2016

Balance de un curso especial

Este era un curso especial. Después de muchos años dejaba la función directiva y me centraba exclusivamente en el trabajo del aula. Y el curso ha superado todas mis previsiones y me ha permitido experimentar actividades y comprobar que es posible el cambio educativo, que en definitiva se convierte en que es posible abandonar las metodologías tradicionales y pasivas y desarrollar las activas, que combinadas con la la tecnología y el uso de dispositivos, permite desarrollar el aprendizaje del siglo XXI.

Pero, vamos por partes. En primer lugar, se me planteaban varios retos:
  • Tenía muchos niveles (todos, menos 1º de ESO) y una gran variedad de materias.
  • Tenía que impartir dos materias, Valores Éticos y Patrimonio de Andalucía, y sobre todo esta última, sin apenas currículo y que hemos tenido que casi "inventar".
  • Desarrollar el ABP en todos los cursos y seguir con la aplicación del flipped classroom en 2º de bachillerato.
En segundo lugar, el desarrollo de los proyectos. Llegado el final de curso y echando la vista atrás, uno piensa en los proyectos de 2º de ESO con un alumnado no bilingüe bastante disruptivo y en cómo han ido aprendiendo a trabajar cooperativamente y observa una evolución muy positiva. Lo mismo ocurre con los proyectos de Valores Éticos de 3º de ESO, una materia que el alumnado sigue confundiendo con la anterior alternativa a la religión y en la que ha costado cierto trabajo hacerles ver que tenían que trabajar y desarrollar sus tareas y proyectos y donde hemos trabajado diferentes temas de su interés y elaborado productos propios y originales y han aprendido a utilizar su blog personal para exponer sus ideas y sus trabajos.

 

En 4º de ESO, tanto en Historia como en el taller de Patrimonio. hemos seguido desarrollando proyectos de entre los que me gustaría destacar el proyecto Nuestro Teatro, dedicado en patrimonio al Teatro Estudio Lebrijano, el TEL, y que va a servir al alumnado para conocerlo y para colaborar el año que viene en el cincuentenario de su creación y enseñar en los centros de la localidad la importancia que tuvo esta compañía en Lebrija y en el ámbito cultural andaluz y nacional. También el proyecto de 4º de ESO, Siria lo tiene todo en el que estudiamos el mundo actual y de la segunda mitad del siglo XX centrándonos en el problema sirio.

En la materia de Patrimonio Andaluz, hemos desarrollado varios proyectos y me gustaría destacar tres: la participación en la Fiesta de la Historia de Sevilla, más concretamente en el primer Encuentro Juvenil donde el alumnado presentó tres trabajos sobre el patrimonio local, el proyecto Con Cervantes en Sevilla, desarrollado junto con la materia de Literatura Universal y el último proyecto Somos romanos que va a culminar con una visita a Baelo Claudia para que el alumnado explique el yacimiento al resto de 1º de bachillerato y pasar un día de convivencia en la playa de Bolonia. Además, mañana participaremos en la actividad Humanizando 16 dando la clase en la Plaza de España de Lebrija y mostrando todo lo que hemos hecho a lo largo del curso a los ciudadanos de la localidad.


Finalmente, llegamos a la nueva experiencia de flipped classrroom en 2º de bachillerato y aquí voy a dejar hablar a los verdaderos protagonistas: el alumnado. Creo que se puede decir poco más, tanto en las respuestas a un formulario que sirvió para un hangout con el alumnado del Máster de Secundaria de la Universidad Politécnica de Madrid que podemos ver en este enlace, como en el formulario de valoración final del curso realizado hace unos días y que podéis ver en este otro.

Por otra parte, no voy a entrar en profundidad en el aspecto de las formaciones impartidas en talleres, jornadas, encuentros o cursos a lo largo del año. Baeza, Murcia, Jerez, La Línea, Azuaga, Coria, el CITA, etc., etc. Un largo recorrido que me ha hecho ver las ganas y la necesidad que el profesorado tiene de lanzarse a la piscina de la innovación y salir de su zona de confort. Y, sobre todo, que me ha supuesto un profundo proceso e aprendizaje.

Pero, todo análisis debe contener también los aspectos problemáticos y los inconvenientes encontrados. Y aquí me gustaría destacar fundamentalmente tres:
  • En primer lugar el inconveniente de la falta de recursos TIC, con ordenadores desfasados y escasos y una conexión muy lenta y, a veces, desesperante para la demanda de trabajo. Sin embargo, este inconveniente lo hemos convertido en una oportunidad para desarrollar actividades más creativas como los visual thinking y, sobre todo, la utilización de los móviles del alumnado.
  • En segundo lugar, la falta de autonomía y de responsabilidad por parte del alumnado. No están acostumbrados a trabajar y tomar decisiones, a hacerse responsables y protagonistas de su aprendizaje. Les cuesta trabajo, también, asimilar que al no tener exámenes se valoran su trabajo y sus producciones, aunque las rúbricas ayudan a ir asimilando lo que de verdad se les exige. Además, el alumnado tiende, por razones muchas veces de mera supervivencia escolar, a prestar más atención a las materias que continuamente están examinando y van dejando en un segundo plano otro tipo de actividades.
  • Y, precisamente por lo anterior, tienden a relajarse demasiado y a tomarse las tareas con más tranquilidad y tienden a incumplir plazos, algo por lo que, por supuesto, entono el mea culpa.
Y para terminar, por fin, me gustaría concluir que el año me ha confirmado que disfruto de mi trabajo, que me lo paso muy bien en clase y que el alumnado con el que comparto aprendizajes se siente relajado y contento en el aula. Y aprende ¿Se puede pedir más?

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