A
pesar del retraso en el calendario, de las cicaterías sobre el pago de las
tutorías al personal de los institutos públicos, de los guiños sin rubor hacia
los centro privados, de la postura de la Universidad de Sevilla ante todo lo
que suene a Enseñanzas Medias, de la pasividad de la Junta de Andalucía ante el
enfrentamiento planteado por las universidades, este curso he vuelto a ser tutor
del prácticum del Máster de Formación
del Profesorado de Enseñanza Secundaria (MAES).
La
razón fundamental es que, tal y como tienen planteado el MAES en la especialidad
de Lengua Castellana y Literatura (demasiado académico, por no decir algo más
fuerte), el profesorado en formación sólo dispone de la fase de prácticas para
realizar un aprendizaje real sobre lo que puede ser esta profesión. Así que los
profesores de mi provincia nos encontramos con esa obligación moral de llevar a
cabo no sólo la formación en el centro de trabajo, sino también, en muchos
casos, la formación pedagógica y metodológica. Un dato: que después de no sé cuántas
clases universitarias no hayan escuchado hablar de ABP dice muy poco a favor de
nuestras universidades.
Este
curso hemos disfrutado en el Chaves Nogales de la presencia y colaboración de
dos alumnas, Estrella y María, que venían buscando nuestro
instituto como centro “de referencia” en cuanto a la enseñanza de la Lengua
Castellana y Literatura, y no podíamos defraudarlas. Mucho menos cuando
Estrella ya había sido alumna mía en 2º de Bachillerato, seguíamos en contacto por
medio de Twitter y había hecho su elección siendo muy consciente de lo que se iba a encontrar.
Siempre
he tenido claro que en esta fase de prácticas los alumnos y alumnas deben ser
atrevidos y experimentar con propuestas metodológicas distintas, apoyados y
asesorados por sus tutores. También que su intervención en el grupo seleccionado
debe articularse perfectamente con lo que es la práctica habitual del tutor y
el desarrollo de la programación didáctica. Así que propuse a Estrella que
desarrollase una unidad didáctica sobre el Lazarillo
de Tormes que quedó pendiente de elaborar el curso pasado y que este año
tenía pensado sacar adelante.
El
resultado es Un nuevo tratado del Lazarillo
de Tormes.
La
propuesta era escribir un tratado perdido del Lazarillo, es decir, un texto narrativo de intención literaria que
debía ajustarse a una serie de parámetros preestablecidos por el original y el
género picaresco: el autobiografismo, la presencia de un narratario (Vuestra Merced), el humor, la inclusión
de chistes o elementos folklóricos, la estructura episódica, la reflexión moral sobre los acontecimientos narrados y la adaptación a
la psicología del personaje observada en el texto original. El tratado debía
ser una fase en el proceso de aprendizaje de Lázaro y, por eso mismo, estar
insertado entre dos de los tratados de la obra original. Cada tratado contaba
la experiencia de Lázaro de Tormes junto a un nuevo amo, que podía ser del
siglo XVI o bien del siglo XXI.
Algunos
de los tratados resultantes son estos:
- Cómo
Lázaro se asentó con un periodista
- Cómo
Lázaro se asentó con un sastre y de lo que le acaeció con él
- Tratado
séptimo
Lo que más extraña al alumnado del MAES cuando realiza las prácticas es que los adolescentes actuales puedan mostrar aún interés por el aprendizaje. Ellos y ellas recuerdan haber sido charlatanes, revoltosos, desmotivados cuando eran alumnos y alumnas (no mucho tiempo antes). El principal motivo de desasosiego ante la intervención en clase es ser incapaz de mantener a los estudiantes de ESO sentados, callados, atendiendo a sus explicaciones y aprendiendo de ellas. Sin embargo, comprobar que otras metodologías hacen del aprendizaje y de la enseñanza actividades agradables, lejos del estrés laboral y del mantenimiento de la disciplina como insustancial bien supremo, es una sorpresa que agradecen enormemente.
Estrella
fue muy bien evaluada por el alumnado y su proyecto bien acogido. Resultó
interesante, ameno y motivador, y permitió conocer (y comprender mejor) un
texto clásico de un modo distinto. Pero, lo que para ella es más importante, le
enseñó de primera mano cómo es el trabajo de una profesora de lengua en un instituto
público andaluz. ¡Y le gustó! ¡Y también a María, que trabajó unas noticias
radiofónicas del Quijote como participación en el proyecto
colaborativo Quijote
News! Así que ahora tienen, entre sus posibilidades de futuro, la opción (y el deseo) de
presentarse el año próximo a las oposiciones de Secundaria en Andalucía.
Por
nuestra parte, el Departamento ya cuenta en su programación con un nuevo
proyecto ABP para 3º de ESO, que esperamos seguir utilizando en cursos
venideros.
NOTA: El proyecto de que se habla aquí tiene mucho que agradecer a Yo soy Lázaro de Tormes, un proyecto previo de Aitor Lázpita.
La didáctica de la Literatura está viva. Lo he comprobado leyendo la práctica preparada por ti, querido Nacho. Me toca la parte autobiográfica y teorizante de mi corazón narrativo: "Lázaro de Tormes c'est moi" :-D
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