El uso de herramientas
colaborativas como estrategia de aprendizaje
1º.-Punto de partida
La capacidad de definir conceptos de
una manera breve, ordenada, resaltando lo fundamental del mismo y
situándolo en su época, no es sencilla. Por un lado requiere tener
conocimiento de aquello que se quiere definir, por otra capacidad de
síntesis y, por último, capacidad para distinguir lo fundamental de
lo accesorio.
Normalmente las/os alumnas/os van
adquiriendo estas capacidades con la práctica, a medida que van
realizando más definiciones. Pero esto no es siempre así. El recurso al "copia-pega" bien realizado desde la red, o desde un libro, es algo habitual, sin pararse a reflexionar sobre el concepto. No
había una labor de búsqueda ni de reflexión para
entresacar la información fundamental, y mucho menos una elaboración personal.
Esta situación impedía avanzar en la capacidad de aprender a
definir conceptos.
Además la propia dinámica de clase jugaba en contra. Cuando corregíamos un concepto, si
la definición era correcta, no pedía a otras personas que leyesen
la suya. Si la definición no era correcta (por incompleta o
equívoca), preguntaba a otra/o alumno para que la corrigiese. Su
respuesta no consistía en indicar lo que de erróneo o incompleta
tenía la anterior, sino que se limitaba a leer la definición que tenía en
su cuaderno.
Después del primer trimestre
consideraba que, con esa dinámica, estábamos en un punto muerto y
no había una mejora sustancial en el alumnado en su capacidad de
definir conceptos históricos. En ese contexto nace esta experiencia .
2.-Una propuesta sumativa y
colaborativa
2.1.-Objetivos:
El objetivo principal era “adquirir
la capacidad de definir conceptos históricos”, buscando:
evitar definiciones de
“corta-pega”,copiadas literalmente de un libro o de una página de
Internet (siempre difícil de conseguir).
que las definiciones pudiesen ser
matizadas, completadas, retocadas, … en definitiva “valoradas”,
por las/os propias/os alumnas/os, “obligando” a la reflexión
sobre la idoneidad de una definición.
2.2.-La herramienta tecnológica.
En este contexto decidí recurrir a
una herramienta colaborativa (Google Docs y su editor de texto, actualmente integrado en Google Drive) para
alcanzar este objetivo. Un proceso sencillo. Bastaba con crear una
cuenta en Google Docs. El segundo paso fue pedir una
dirección de correo a cada una/o de las/s alumnas/os para poder
compartir con ellos los documentos colaborativos. Con estos dos
sencillos pasos, el “entorno tecnológico” se ponía en marcha.
Con esta herramienta podía crear un
documento colaborativo on-line y mis alumnas/os podían acceder al
mismo y modificarlo.
2.3.-Dinámica de trabajo
El primer paso fue crear un documento
con una lista de conceptos a definir. Las/os alumnos accedían a él
y escribían las definiciones. Para que la actividad funcionase
utilizamos un código de colores:
Si el texto de la definición estaba
en negro (era el color por defecto de escritura) significaba que esa
definición la acababa de hacer alguien y aún no estaba revisada
por el profesor. Nadie podía añadir ni modificar nada.
Si el texto estaba en verde, esa
definición era correcta y ya no había que modificarla.
Si el texto estaba en naranja es que
esa definición tenía algo incorrecto (sólo algo) o le faltaba
algún detalle.
- Si el texto estaba en rojo, es que la
definición estaba errónea.

Las/os alumnas/os accedían al
documento por las tardes. Yo accedía a lo largo de la mañana
siguiente y revisaba las definiciones, aplicando a cada una el color
correspondiente. No añadía ningún comentario a las mismas, no
dando pistas sobre lo que faltaba o lo que era incorrecto.
Simplemente indicaba el estado de la definición con el color. De esta manera obligaba a las/os alumnas/os a pensar sobre lo que
faltaba o porqué era incorrecto. Cuando las/os alumnas/os volvían a
acceder al documento, retocaban las definiciones erróneas o
incompletas y añadían otras nuevas. El proceso se repetía hasta que
todos los conceptos estaban correctamente definidos, “adquiriendo
color verde”.
Con cada nuevo tema se creaba un
nuevo documento, con la lista de conceptos correspondientes. Lista
amplia, con 20 conceptos por tema, para facilitar que todo el
alumnado pudiese participar.
2.4.-Seguimiento de la actividad de
cada alumno.
Google Docs guarda un registro de
todas las intervenciones en ese documento, con el nombre de la
persona que ha hecho la modificación, la fecha, la hora y el
contenido de la modificación, por lo que podía tener un seguimiento
de la actividad de cada alumna/o
3.- Corrigiendo los primeros
errores.
Ninguna dinámica es perfecta. La
experiencia te va indicando qué cosas tienes que mejorar. En este
caso este proceso no garantizaba, por sí mismo, un buen resultado,
sino que daba lugar a otros problemas que había que corregir.
3.1.-Dando oportunidad a todas/os
El primer día que realizamos esta
experiencia, tras las primeras 24 horas estaban definidos la mayor parte de los conceptos por tan sólo cuatro personas. Las/os
primeras/os alumnas/os que habían entrado habían completado el 90%
de los conceptos, sin dejar espacio para la intervención de otros.
Por otra parte, había 5 definiciones copiadas literalmente de
Internet.
Con el objeto de corregir esto, al
día siguiente, en el aula, proyecté en la pizarra el documento y
les mostré cómo podía ver el registro de todas las intervenciones.
De este modo ponía evidencia que el anonimato no existía y que
toda intervención quedaba registrada.
Dejando claro este hecho pusimos una nueva norma: “nadie
podía definir más de tres conceptos por tema”.
Sí podía retocar otros ya definidos que estuviesen en color naranja
(no los rojos porque exigían una nueva definición). Hubo que apelar
a su propia moderación, para dar tiempo a todas/os a intervenir.
Esto dio sus frutos, aunque siempre hubo alumnas/os que participaron
más que otras/os.
De las 5 definiciones copiadas borré
4 dejando una. Con ella como ejemplo, mostré en la pizarra digital
cómo saber si estaba copiada, simplemente copiando un trozo de la misma y haciendo una búsqueda entrecomillada de la misma. Esto generó un “rumor” en el
aula, acompañado de risas, burlas, etc... puesto que había quedado
claro que se sabía quien había copiado las definiciones (que
correspondían todas a un único alumno). La llamada de atención y
la puesta en evidencia de la infracción debió surtir efecto ya que no se reprodujo esta situación de
“corta-pega” (o al menos yo no la detecté).
4.-Temporalidad de la experiencia
Solucionados estos problemas
iniciales la dinámica se desarrolló durante 5 unidades didácticas, en la mayor parte del segundo trimestre y el principio del tercero.
¿Por qué no continuó la dinámica
más allá y no proseguí con ella hasta final de curso? Por la
mejora en la capacidad de definición de conceptos. Había dos datos
fundamentales que indicaban que el objetivo se iba consiguiendo y que
desaconsejaban continuar:
En el cuarto tema en el que aplicamos
esta dinámica el número de conceptos definidos bien a la primera
superaba el 60% (13 de 20 conceptos). En el quinto tema superaba el
80% (17 de 20 conceptos).
-
En el primer documento el número de
revisiones (intervenciones del alumnado) fue de 470 (incluyendo las
mías para poner cada definición del color correspondiente). En el
segundo fueron 350, en el tercero 205, en el cuarto 153 y en el
quinto, 112.
Esto suponía que, si no había
conceptos erróneos o incompletos, no había margen para la mejora,
para reflexionar sobre el concepto, sobre lo que tenía de erróneo o
de incompleto.
5.-Añadiendo información extra
Google Docs me permitía añadir información relativa al concepto definido, potenciando el
aprendizaje del alumnado. Algunos conceptos estaban enlazados a otros
archivos que contenían información. Esta información era
preferentemente visual y, en la medida de lo posible, “divertida o anecdótica"
-
en la definición de “Riego”, se
incluía una presentación de tres diapositivas. En la primera se
oía el himno de Riego, en la segunda se podía leer la letra y en
la tercera la versión satírica de la letra del himno de Riego (“Si
los curas y frailes supieran …”)
En otros casos la información,
aunque meramente textual, se ponía tal cual, si su tamaño era
reducido o, en caso de mayor amplitud, se ponía una pequeña parte
significativa.
En otros conceptos sólo se añadía
una información gráfica, con un enlace a una foto, sobre todo
cuando se definían personajes, fundamentalmente reyes (Carlos IV,
Isabel II, Amadeo I,...) en los que al pinchar sobre el concepto se
abría un cuadro sobre el personaje. En el concepto de Trafalgar se
acompañaba sólo un plano que indicaba el lugar donde se ubica
Trafalgar.
En alguna ocasión (menos) se hacía
referencia a algún elemento muy conocido de ese personaje, pero que
las/los alumnas/os desconocen:
Para que viesen esta información
hubo que motivarles y enseñarles alguna de las “más divertidas”,
para que ellos mismos sintiesen curiosidad por pinchar en los
enlaces. En este caso optamos por proyectar en clase los dibujos
satíricos sobre “Pepe botella”. Una vez hecho esto, bastaba con
que un alumna/o viese uno de los archivos para, en el caso de
resultarle interesante, lo comunicase al resto de sus compañeros.
Se puede ver un ejemplo del ejercicio en el siguiente enlace