martes, 16 de febrero de 2016

DRAMATIZACIÓN EN LA ESCUELA



Hace ya tiempo que decidí aplicar mi propia ley educativa, una ley que perdure más allá de los partidos políticos, y que no cambie dependiendo de cual está en el gobierno.
En esa ley tengo muy claras las finalidades de la educación:

  •     Potenciación de la autonomía personal
  •     Adquisición de aprendizajes y socialización
Y que juntas favorezcan la integración de forma creativa de las niñas y niños en la sociedad.
Además, durante la etapa de Primaria, los alumnos y alumnas deberán adquirir, partiendo de sus propias experiencias e intereses, y con un enfoque globalizador, un desenvolvimiento de la capacidad de autoestima y de autoconfianza, de colaboración en actividades grupales, de respeto a las diferencias, de relación interpersonal, de desenvolvimiento de la capacidad expresiva.

Pero, a pesar de que la mayoría de nosotros tenemos claro lo anteriormente expuesto, la escuela sigue dando una abusiva prioridad al lenguaje verbal y al numérico, marginando, cada vez más, los lenguajes artísticos y corporales, cuando, en realidad, la construcción del conocimiento requiere la integración de los múltiples lenguajes, y dentro de ellos, el lenguaje dramático. Ya que la expresión dramática combina el gesto corporal, la voz, el tiempo, el movimiento y el espacio, contribuyendo a la formación integral del alumno.

Por lo que, la expresión dramática conjuga la expresión con la comunicación en una recreación de la realidad. No interesa tanto el producto creado como los mecanismos que permiten la afirmación personal del alumno que lleva implícito un auténtico proceso de socialización. No tenemos que pretender formar actores y actrices, tenemos que desligarnos de la técnica a favor de la concepción expresiva. 

Con lo anteriormente expuesto creo que no es necesaria la justificación de la dramatización en la escuela, pero por si acaso, señalaremos algunas de sus ventajas.
Todos sabemos que los niños y niñas prefieren que se les cuente un cuento a que se lo leas, pero prefieren mejor llegar a ser personajes de esa narración, y la dramatización tiene el poder de hacerlo.
Además:

  1. Tiene un alto poder incentivador, tanto para el alumnado como para el profesorado
  2. Exige un trabajo en equipo
  3. Exige expresarse
  4. Promueve reacciones emocionales
  5. Agudiza la sensibilidad
  6. Aumenta la confianza en si mismos, la capacidad de tomar iniciativas, la responsabilidad, la imaginación, la improvisación
  7. Aprovecha la natural tendencia lúdica de niños y niñas
  8. Canaliza sus necesidades de expresión y creación
  9. Ayuda a percibir la realidad
  10. Incrementa las competencias comunicativas y lingüísticas
  11. Diseña formas de colaboración con los padres
  12. Es un importante complemento evaluador. Alumnos y alumnas a los que "les cuesta" memorizar cuatro reglas, se muestran como verdaderos "artistas" capaces de retener grandes párrafos, lo que nos debería servir para cuestionarnos la metodología que empleamos en el aula.
  13. Ejercita la memoria y amplía su vocabulario
  14. Desenvuelve la capacidad de aceptar reglas que pongan en orden esas actividades cooperativas
  15. Tiene un alto poder globalizador
  16. Canaliza los primeros pasos hacia la investigación
Aunque, en mi opinión, la mayor de las justificaciones es la alegría que le imprime a la actividad escolar.




Pero si eres de esos a los que le preocupan los estándares de aprendizaje y los criterios de evaluación, deciros que la expresión dramática conjuga actividades emocionales, mentales y físicas, con una participación integral de la persona, encaminadas a:
  • Descubrir las posibilidades de la expresión oral, del gesto, del movimiento
  • Controlar el espacio físico de forma estática y dinámica
  • Expresarse y comunicarse utilizando las técnicas del lenguaje dramático
  • Controlar la voz y el propio cuerpo
  • Favorecer la relación de la niña o del niño con los demás
  • Facilitar la expresión espontánea
  • Ser un medio de autodominio, sometiéndose a unas reglas preestablecidas
  • Potenciar la inteligencia
  • Desenvolver la coordinación
  • Desenvolver el sentido crítico
Y sobre todo, DISFRUTAR DE LO QUE ESTÁS HACIENDO, PASÁRSELO BIEN APRENDIENDO,  que de eso se trata o no?

martes, 9 de febrero de 2016

La coherencia de un proyecto común. Cambio personal, serendipia y transformación.

Puede que no surja nada, puede que sea otra reunión poco fructífera, pero el simple hecho de  reunirse con compañeros docentes de diferentes departamentos, entre otros el de Orientación. El que en esa reunión se escuchen palabras como tareas, proyectos, cooperativo, o que se hable de unificar criterios y posturas en torno a la mejora de la atención a la diversidad, la inclusión y conseguir que nos preocupemos por la educación emociona. Todo eso es muy gratificante.
A ese proceso se le añade que están surgiendo serendipias en mi vida. Casualidades e historias que hace cinco años hubieran sido impensable. Por ejemplo, el hecho de que  padres y madres me preguntaran en un parque, la razón por la qué la maestra de su hija no trabajaba por proyectos, o porqué si se puede trabajar así en Infantil, y sabemos que funciona, ¿cual es el motivo por el que no lo hacen?.
En mi opinión el debate educativo está en la calle y en los medios. A pesar de que no podemos estar de acuerdo con todos los argumentos del Libro Blanco de Marina y Pellicer, si podemos ver que hay algo de razón en sus afirmaciones. O el simple hecho de que existan docentes como César Bona, que empiezan a aparecer en revistas y periódicos, me hace ser optimista.

Todo esto se centra en un pensamiento central que está mañana compartía mi compañero Jesús. Un fiera de la orientación, y que se resume en que debemos ser coherentes y mantener esa coherencia implica un profundo cambio personal, para ser agentes. Ese cambio  pivote en tres ejes:

- Sentir: ¿Cómo me siento como docente?, ¿qué quiero transmitir en mi aula?, ¿son importantes las emociones y sentimientos en mi aula y en mi vida?, ¿qué es lo que realmente siente mi alumnado en mis clases?, ¿cómo nos sentimos nosotros los docentes cuando contemplamos los contrasentidos que encontramos en nuestra labor: exámenes, agobios, niños/as estrellados/as?
- Pensar: ¿Cómo interpreto yo esas emociones en mi día a día?, ¿Qué pensamientos extraigo? ¿A donde me conducen?, ¿Me hacen mejor docente?, ¿Existe coherencia entre mis pensamientos y mis emociones?, ¿En mi centro existe coherencia entre lo que sentimos y lo que pensamos?.
- Hacer: ¿Como quiero desarrollar esto en mi aula? ¿Existe coherencia entre mis procesos?, ¿Promuevo cambios personales y en mi práctica educativa?, ¿Estoy continuamente quejándome pero no hago nada?, ¿Echo balones fuera y culpo al sistema educativo, al gobierno o a la televisión para omitir mi responsabilidad personal?.


¿Qué implica todo esto?. Hace unos días me hicieron una pregunta, ¿qué quieres tú como docente?, y yo le  respondí: Ser mejor docente. Me preguntó: ¿para qué? Para hacer más felices a mi alumnado y para que mejore su aprendizaje. Esa es la gran pregunta: ¿Para qué sirve la Educación si no es para crear personas más felices y ser mejores personas?. Es aquí donde comienzan los contrasentidos y las incoherencias.

Es ese mi/nuestro camino de coherencia, mi/nuestro camino de cambio personal. Conseguir que esos tres pivotes se alineen para crear un proyecto común, una escuela posible, que en días como estos me ha enseñado la importancia del trabajo en equipo del profesorado y como han surgido ideas tan maravillosas como la creación de tutorías compartidas, iniciar un proceso de autoformación, conseguir que las familias se impliquen en nuestras aulas, trabajar un proyecto de una manera vivencial y detectar personas que quieran colaborar.

En el camino nos hallamos y las serendipias me indican que algo está cambiando.

martes, 2 de febrero de 2016

¡Es la metodología, estúpido!

"Es la Economía, estúpido" es una expresión que ha quedado desde los años 90 como una frase para definir lo esencial de algo. Y hablando de educación, de escuela y de aprendizaje, lo esencial es la metodología. Nos tiene que quedar muy claro.

http://www.flickr.com/photos/15379067@N06/5052238661
En educación, normalmente, se utiliza esta idea cuando se quiere destacar que lo importante no es la tecnología, sino la metodología. Se repite hasta la saciedad, pero seguimos hablando (nos desbordan) de herramientas, aplicaciones, programación, robótica, realidad aumentada, etc., etc., sin pararnos en lo importante, lo esencial: la metodología. 

La tecnología ha ido introduciéndose en la educación de manera permanente pensando que era una de las posibles soluciones para su mejora continua y permanente. Y todos sabemos el resultado. Han existido cacharros pero no han existido cambios metodológicos importantes por lo que la tecnología no ha surtido el efecto esperado. Bueno, sí, uno de ellos ha sido un éxito: las empresas han ganado mucha pasta. Porque lo que se ha intentado equivocadamente es tecnoligizar la educación y no pedagogizar la tecnología.

Aunque por lo dicho hasta ahora, parece que las tecnologías (y me niego ya a hablar de "nuevas", porque si las hay, mañana ya no lo son) no han influido en los cambios educativos, tenemos que defender lo contrario porque sí lo han hecho, pero esas posibilidades de cambio no han calado por diferentes circunstancias que tenemos que relacionar con la formación del profesorado y con los recursos de los centros. Según mi opinión las tecnologías han provocado lo siguiente:
  • aumentar y mejorar las opciones de trabajo
  • multiplicar las posibilidades de difusión del trabajo realizado
  • mejorar las opciones de colaboración
  • poder aprender en cualquier sitio, en cualquier momento y de manera continuada
  • dar otra dimensión a los conceptos de analfabetismo y de incultura.
En definitiva, las tecnologías y las redes han aumentado las posibilidades metodológicas que ya existían y apenas se utilizaban o que se quedaban entre las cuatro paredes del aula o entre las hojas de libros poco conocidos o revistas de escaso alcance.

Una entrada en un blog, una línea del tiempo o un  mural digitales o un vídeo son recursos tecnológicos que se comparten y se conocen en círculos que pueden ser muy amplios. Pero la propia tecnología y la sociabilidad de la redes nos permiten hacer lo mismo con recursos no tecnológicos: un mural en cartulina o un dibujo de un alumno pueden estar en las redes y mostrase en un momento. 
The+Beast+from+20000+Fathoms_1953_Ray+Harryhausen_Dynamation_SlowMotion_loop2
http://www.flickr.com/photos/19596115@N00/9669262845

Y todo lo anterior es la conclusión de mi experiencia de aula durante el primer trimestre. He utilizado los ordenadores menos que otros cursos porque el aula fija no está disponible en muchas horas, los portátiles me hacen perder mucho tiempo y tanto fijos como portátiles tienen más de 10 años y, además, la conexión del centro es muy lenta. A cambio, el alumnado ha podido utilizar su móviles y tablets. Por ello, he utilizado más que otros cursos libros de texto (éstos llevaba sin utilizarlos cinco cursos), cartulinas, papel continuo y rotuladores. Y sigo desarrollando proyectos de aperendizaje en secundaria y flipped classroom en 2º de bachillerato. 


Sin embargo, en la sociedad digital en la que estamos, necesitamos hacer más desde la perspectiva educativa, la educación digital en definitiva, para evitar que nuestr@s alumn@s (y no sólo ell@s) sean analfabetos funcionales y que sean capaces de desenvolverse en esta sociedad dominada por lo digital porque me he encontrado con alumnos que no saben cómo escribir un correo, ni cómo adjuntar un archivo al mismo. Y eso no nos lo podemos permitir. Creo que, en nuestro contexto, es tan importante como saber expresarse bien o saber resolver problemas básicos. En definitiva, tenemos que integrar la tecnología como algo intrínseco al aprendizaje porque lo es en nuestra vida diaria.

Está claro que no es sólo cuestión de tecnología, aunque ésta la podemos entender como imprescindible en la sociedad actual, sino de metodología. De entender que hay que desarrollar metodologías activas en el aula. Si es con tecnología se podrán hacer muchas más cosas y si no se cuenta con todos los medios y recursos necesarios, se podrán hacer otras. Y son muchas. Y ya no se quedan entre las cuatro paredes del aula. Y como muestra un botón: