Me he propuesto no hacer entradas muy largas. Así que tranquilos, no os voy a cansar. Esta pequeña aportación trata sobre pérdidas de tiempo. Sobre debates educativos huecos de verdadero contenido. Sobre leyes educativas que no llegan al aula. Sobre tipos de aprendizajes y metodologías del siglo XXI que la gran mayoría de los docentes no conocen o no pueden (algunos, ni quieren) aplicar. Sobre falta de perspectiva y de visión que ayuda a mantener las cantinelas de hacer "más de lo mismo" y el "como siempre se ha hecho, hombre".
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Podemos perder todo el tiempo del mundo debatiendo sobre si la LOMCE sí o no, sobre si hay que derogarla o modificarla, sobre si hace falta un acuerdo nacional para la educación, sobre Religión y Educación para la Ciudadanía, sobre...cualquier cosa. Será por temas.
Sin embargo, no nos planteamos, como hizo Richard Gerver para transformar su escuela en la Inglaterra de inicio del siglo XXI, tres cuestiones claves:
- ¿cómo queremos que sean nuestros alumnos?
- ¿qué deben aprender para conseguirlo?
- ¿qué podemos hacer para que lo consigan?
Es así de simple.
Lo complicado viene en el acuerdo sobre estos temas. ¿Difícil, verdad? Un acuerdo que debe tener en cuenta las condiciones del contexto cercano, la participación de la comunidad educativa, la conciencia de la existencia de una sociedad cambiante, atender las nuevas formas de aprendizaje (en red, ubicuo, rápido, infoxicado, expandido, aumentado, etc.) y la necesidad de un aprendizaje mucho más personalizado.
Y para esto, ya he dicho en otros lugares lo que considero que el alumnado necesita:
- Comprender textos de diferente dificultad
- Expresarse de manera correcta
- Razonar
- Ser autónomo
- Tener herramientas de aprendizaje para toda la vida
- Trabajar colaborativamente
- Utilizar las TIC de manera responsable
Y también he dicho muchas veces, que la Escuela debe cambiar si quiere conseguir esos objetivos. Debe pasar a ser algo parecido a un centro de I+D+i y dejar de parecer un centro cerrado, aislado de la realidad que le rodea, de la vida, que apenas utiliza las TIC, que fomenta la memorización y que no favorece la autonomía del alumnado.
Si en cada centro buscamos las respuestas a esos interrogantes, independientemente de leyes, debates estériles, falsos protagonismos y miedo al cambio, se puede conseguir.
Porque necesitamos Escuelas del siglo XXI. Ya.
¿Lo intentamos?
¿Lo intentamos?
Os dejo le entrevista a Richard Gerver en el programa Redes.