Este escrito se basa en los trabajos y publicaciones de Xoan Couto, Antón Lamapereira y Manuel F.
Vieites.
Muchas
gracias por vuestro desinteresado trabajo.
El Teatro Escolar es un hecho cultural, lúdico y artístico
de indudable importancia, que debería ocupar el lugar que le corresponde en los
centros de Educación Infantil, de Primaria y Secundaria de nuestro país, y no
sólo dentro de las llamadas “actividades extraescolares”.
Teatro en las escuelas y en los institutos, no sólo implica
realizar una actividad gratificante, sino que esta práctica puede convertirse
en vehículo de dinamización cultural en el propio centro, en el barrio o en la
comunidad en que se produce; proporcionar que los propios escolares y la
sociedad circundante gusten de hacer o ver teatro, supone potenciar su
sensibilidad delante de cualquier manifestación artística. Por todo esto, el
Teatro Escolar, debe ser considerado y potenciado como un instrumento
pedagógico más, en busca de una plena e integral formación de los alumnos y
alumnas.
Tanto la Expresión
Dramática como el Teatro Escolar, pueden ser utilizados como un medio didáctico
con enormes potencialidades en la renovación y puesta al día de las didácticas
específicas de cada área curricular; así, el aprendizaje de conceptos
matemáticos o lingüísticos, la comprensión de vivencias de hechos naturales o
históricos, el análisis de obras literarias, el aprendizaje de lenguas
extranjeras , pueden y deben realizarse a través de juegos, dramatizaciones,
escenificaciones y otras actividades de carácter expresivo y dramático.
Es gratificante ver como la relación teatro-escuela puede
dar lugar a una serie de actividades de indudable interés pedagógico, cultural
o didáctico que permita la renovación del espacio escolar, de las metodologías,
de los contenidos, de las relaciones alumnado-profesor y, como no, de la
concepción y objetivos de la institución escolar.
Es necesario impulsar la
práctica del teatro en los colegios como actividad fundamental y necesaria, en
busca de una escuela diferente, lúdica, participativa y abierta. Una escuela
centrada en las necesidades de los alumnos y que tiene como único objetivo el desenvolvimiento personal y social de
seres libres, autónomos y creativos.
Los profesores y profesoras necesitamos y debemos poner al alcance de nuestro alumnado la posibilidad de jugar, disfrutar y reírse
aprendiendo.
Tenemos que convertir a los niños y niñas en los verdaderos
protagonistas de cualquier proyecto creativo. El profesor debe coordinar; su
función es provocar, proponer, incitar,
sugerir, animar, propiciar todas aquellas actividades que permitan que el
grupo sea el auténtico artífice, el verdadero motor creativo.
TEMPORALIZACIÓN
Para que esto sea así, es necesario elaborar un plan de
trabajo que posibilite y facilite ese proceso de aprendizaje al que nos
referimos con anterioridad y que, de forma gradual y paulatina, impulse la
autonomía expresiva y creativa de todos los participantes.
Este plan se estructura en tres áreas básicas de trabajo:
1.
Juegos y ejercicios para impulsar la
autoexpresión
2.
La improvisación como técnica que facilita una
verdadera comprensión de la esencialidad dramática
3.
La puesta en escena de espectáculos como fase
terminal del proceso
JUEGOS Y EJERCICIOS
Todo proceso creativo, expresivo o
comunicativo necesita de un aprendizaje que nos permita conocer y dominar una
serie de técnicas para realizar una tarea concreta. Para hacer teatro
necesitamos aprender una serie de técnicas, y conocer y utilizar una serie de
lenguajes no verbales y verbales que nos permitan comunicarnos con los demás y
expresarnos.
Este aprendizaje se presentará como
un juego. Nunca debemos olvidar que jugamos para aprender, y que el juego constituye uno de los más
motivadores e interesantes principios activos del aprendizaje.
Esta área
de trabajo o fase la dividimos en seis grandes bloques, y que distribuiremos
cada dos a lo largo de un mes, ampliándolos o reduciéndolos en función de cada
grupo de alumnos. Los bloques los podemos designar como:
o Dinámica de
grupos
o Movilización
o Sensibilización
o Desinhibición
o Relajación
y calentamiento vocal
o Juegos
preinterpretativos
En esta primera entrega hablaremos de los dos primeros,
dejando los demás para posteriores entradas
DINÁMICA DE GRUPOS
La práctica teatral en el colegio debe entenderse como una
tarea colectiva, en la que la colaboración y la participación son los pilares
básicos. Las buenas relaciones entre los miembros del grupo, la confianza y el
respecto a las ideas, sugerencias y opiniones de los demás son valores que hay
que potenciar desde el primer momento.
Desde el principio, uno de nuestros objetivos fundamentales
debe ser establecer las condiciones y situaciones propicias para facilitar un
proceso de relación y comunicación interpersonal, para crear un clima de
participación, colaboración y confianza que libere el flujo creativo y
participativo en el plano tanto individual como grupal.
No podemos olvidarnos que el proceso de socialización sea
quizás uno de los más complejos que tengamos que afrontar en nuestro período de
conformación personal: compartir, dar, cooperar o aceptar son verbos de muy
difícil conjugación en primera persona. El grupo va a ser un punto de
referencia esencial en nuestra vida y en nuestra conducta, y el trabajo en
grupo una constante.
La práctica teatral supone un proceso de trabajo colectivo,
y este aprendizaje del trabajo en grupo será enormemente enriquecedor para
nuestra relación y comunicación con los demás en la propia vida diaria; de ahí
la insistencia en este primer bloque.
ACTIVIDADES
1.-
¡Vaya lío! Todo el
grupo de pie, en círculo. Uno tendrá una madeja de lana que agarrará por uno de
sus extremos sin soltarla; después, pasará la madeja a un compañero o compañera
llamándole por el nombre, y así sucesivamente hasta que no quede nadie sin
nombrar. Finalmente, siguiendo el proceso inverso, iremos recogiendo la madeja
que volverá a las manos del que inició el juego.
2.-
Ajo, cebolla.
Sentándonos en el suelo sobre un papel o cartulina; uno quedará en medio para
empezar el juego y se dirigirá a un compañero o compañera diciéndole ajo o
cebolla. Si el que está en medio nos dice ajo, diremos el nombre del compañero
o compañera que tenemos a la izquierda; si dice cebolla diremos el nombre del
que tenemos a la derecha. Cuando el del medio diga olla podrida, todos
cambiaremos de sitio, sentándonos en otro papel o cartulina, el que no
encuentre cartulina o papel en el que sentarse pasará al medio. Cuando no
sepamos el nombre de un compañero o compañera, pasamos al medio
3.-
Sillas musicales. Formamos
un círculo con tantas sillas como participantes; el grupo caminará en rueda
alrededor de las sillas siguiendo una pieza musical. Cuando la música para,
todos subimos a las sillas. Con cada parada vamos retirando una silla, pero no
se eliminará a nadie. Llegará un momento en que todo el grupo se tenga que
subir a una misma silla.
4.-
Los globos. Situándonos de pie, en
círculo, y no pasaremos un globo, siguiendo un orden, de izquierda a derecha y
golpeándolo sólo una vez. Después, el animador (el profesor) irá diciendo con
que parte del cuerpo tenemos que golpearlo.
A medida que el grupo va progresando, introduciremos más
globos y podremos trabajar con globos de diferentes colores, relacionando cada
color con una parte del cuerpo determinada..
En un tercer momento, el que inicia el juego dirá el nombre
de un compañero o compañera y una parte del cuerpo; este golpeará el globo con
esa parte, pasándolo a otro compañero o compañera.
5.-
La serpiente gigante.
Tumbándonos boca abajo, en fila. Cada uno agarrará los tobillos del que tiene
delante hasta conformar una serpiente gigante que puede revolcarse, subir
montañas, atravesar túneles, subirse a un árbol o enroscarse a dormir
6.-
La ameba. Todo el grupo forma un
cuerpo único, manteniendo contacto corporal permanente, pasando a convertirse
en una ameba. Ésta se moverá por la sala, subiendo, bajando, sentándose,
durmiendo, corriendo, saltando, cantando… Cuando una parte de la ameba se
suelta, ésta se mueve hacia ella para recuperarla
7.-
Instantánea. Todo el
grupo se sitúa en el centro de la sale. Uno sale del grupo, y crea con su
cuerpo una escultura, sucesivamente, de uno en uno, iremos configurando un
grupo escultórico único, congelado o en movimiento. Después desharemos el grupo
siguiendo una orden inversa a la de su formación.
Ahora, la primera persona en iniciar la escultura grupal
dirá una palabra, por ejemplo rabia, que el grupo irá ilustrando hasta
conformar una foto instantánea que transmita ese sentimiento propuesto.
Esta actividad puede realizarse en grupos reducidos;
formando dos grupos para que uno imite o transforme las instantáneas del otro;
añadiendo acción y movimiento a las estatuas o fotos colectivas, o enfrentando
dos grupos que ilustran conceptos contrapuestos y que, creando un juego de
estímulo-repuesta, se van transformando
MOVILIZACIÓN
La movilización corporal persigue la
liberación de tensiones y la mejor disposición corporal que nos permita
afrontar otras actividades que requieran una preparación previa
A través de diferentes actividades
se establece contacto con la situación espacio-temporal y con el propio grupo.
Al poner en marcha esta fase, tendremos que tener en cuenta su duración, la
cual se irá adaptando al plan de actividades que realizaremos en cada momento.
ACTIVIDADES
1.- El
tren loco. Todos en fila, hacemos un tren en el que el primero es la
locomotora; esta iniciará el movimiento buscando todas las trayectorias,
velocidades y ruidos posibles. El primero vagón imita a la locomotora, el
segundo al primero y así sucesivamente.
El profesor indicará el cambio de la
locomotora con la palabra “puente”, de manera que todos los vagones harán un
puente –corporalmente-, para permitir que el vagón de cola pase a ser
locomotora.
El juego puede acabar cuando todos
hicieron de locomotora, o cuando el animador diga “estación”
2.- La
rueda loca. Situados en rueda, caminamos en el sentido contrario a las
agujas del reloj y, siguiendo una consigna del profesor, realizamos acciones
como: “dar una palmada en la espalda”, “pisar los pies”, “quitarse una
zapatilla”, “despeinar al de al lado”, “formar grupos de tres, de cuatro…” En
general, tocar diferentes partes del cuerpo, quitar cosas… a quien llevamos
delante, detrás, o a un compañero con ropa de un color determinado. Cada acción
irá seguida de una recomposición de la rueda original
3.- El
nudo.
Agarrados de las manos formamos una cadena humana. Uno de los extremos empezará
a entrecruzarse con los demás hasta que consiga formar un nudo con todo el
grupo. Después tendrá que tratar de deshacerlo sin que la cadena rompa.
4.- La
marcha.
El desplazamiento básico es caminar, pero esta acción puede ser ejecutada de
múltiples formas, en diferentes espacios y situaciones y con diversas
intenciones. Podemos caminar con la cabeza erguida, con el pecho fuera, en la
punta de los pies, con los talones; acelerando, frenando, cambiando de ritmo,
ampliando o reduciendo los pasos.
Podemos caminar por un prado, por
piedras, por una playa de arena gruesa, por ascuas, por una barra de
equilibrio, bajando escaleras, subiéndolas, sobre hielo resbaladizo…
Caminando en una calle llena de
gente, tirando del carro de la compra, empujando un coche que no arranca, bajo
la lluvia…
Unas veces caminaremos buscando
algo, para llamar la atención, para no ser vistos, para no perder el autobús…
5.- Las
cuerdas.
Una cuerda imaginaria tira de diferentes partes del cuerpo, iniciando y
condicionando nuestro movimiento. La cuerda nos tira de la cintura, de la
rodilla derecha, del hombro, de las orejas, de los pies, de las manos…
6.- Acciones
básicas de movimiento. Trabajaremos con movimientos básicos como
soporte de una mayor expresividad corporal. Presentaremos acciones de retorcer,
estirar, golpear, flotar, tensar, relajar, encoger, resbalar para ir
investigando cada una de ellas por separado.
Estas acciones pueden combinarse
para crear secuencias de movimiento.
En una fase posterior, intentaremos
establecer asociaciones entre las acciones y su complemento vocal por un lado,
y ciertas pautas de conducta por otra. Así, la acción de “encoger” puede
asociarse a un niño recibiendo una reprimenda de sus padres, o la de “retorcer”
podemos relacionarla con el típico “avaro”
El cambio de acciones, de ritmo o de
intensidad irán realizándose en función de las situaciones que se producen y de
las capacidades de cada individuo.
En breve… otra entrega con los bloques de SENSIBILIZACIÓN Y
DESINHIBICIÓN…