martes, 1 de abril de 2014

¿Educar para el triunfo?. Modelos educativos tras los resultados de PISA.


Foto: The Star. Weifang No.1 Middle School en Weifang, provincia Shandong, China (2007).

Hablando con Juanjo Melgarejo me comentaba que Fernando Trujillo había estado en Hong Kong hacía poco, y como allí había visto que desde pequeños a los niños se les orienta para el "triunfo". Tienen que acudir a una determinada guardería, para luego poder entrar en la escuela adecuada, a su vez eso les conducirá al instituto y a la universidad que les permitirá cumplir los sueños de sus padres.
Si analizamos la vida de personajes como Churchill, Picasso o Lincoln podemos comprobar que el fracaso educativo no es sinónimo de fracaso en la vida, y a pesar de que a algunos de estos personajes les llegó el éxito con relativa tardanza, no merma su repercusión en la Historia, Arte o Literatura.  Otros casos más llamativos son los de personas a los que la escuela les da la espalda, como ejemplo tenemos el famoso Nobel de Medicina cuyo profesor vaticinó que no tendría futuro en la Biología.
Mi propia experiencia vital me ha permitido comprobar que más estudio y mas deberes no es sinónimo de aprendizaje, de hecho este año, por primera vez en mi carrera docente, he conocido el caso de alumnos con trastornos de ansiedad y estrés, es decir, chavales con trece o catorce años que no quieren venir a la escuela porque tienen síntomas similares a los del  síndrome del Burnout.
Sin embargo, el modelo imperante en España es el de cuantos más deberes mejor, tanto es así que muchas veces mis alumnos se quejan de que trabajando por tareas integradas no se puede aprender, cosa que luego ellos mismos desmienten cuando llega el fin de curso. 
No es ninguna tontería este tipo de modelos de éxito educativo, porque es el modelo que esta triunfando en muchos países (Singapur, Corea del Sur, Japón). Lo que conlleva que pudieran servir como espejo en el que se mire (aún más) la Educación en España, con todo lo que ello supone, es decir, apostar por un modelo intensivo de escuela, con horarios aberrantes, que se complementan con academias de estudio, además de la enorme presión social y parental para que los alumnos/as sean los mejores.
El modelo asiático pregona un alumno/a que desde pequeño ya es orientado hacia una carrera profesional, pero ¿en que queremos convertir a nuestros hijos/as?, ¿quién es el que decide el fracaso?, ¿se debe fracasar simplemente por no tener acceso a determinados colegios o academias privadas?.
La pregunta más importante es ¿cuál es el coste y las consecuencias que queremos pagar a cambio de conseguir que nuestros alumnos e hijos triunfen en PISA?. Si nuestra respuesta se orienta hacia el modelo asiático, las consecuencias parecen claras: ansiedad, depresión, altas tasas de suicidio, es decir, alumnos con éxitos en notas pero infelices con su vida.
Mientras que el modelo de  Finlandia y otros países, parece que no termina de calar en la sociedad española. Sin embargo, estos modelos basados en la atención a la diversidad, evaluación no solo centrada en exámenes y  la memoria,  el apoyo y en la confianza del alumno. Son estos modelos, los que demuestran que existen otras alternativas que igualmente funcionan,  sin tener que agobiarse por los resultados en PISA, ni tener que sacrificar la felicidad y la infancia de nuestros hijos. Todo ello en aras de un mejor futuro. 
Curiosamente en ambos hay un gran respeto por la figura del docente, si bien en el sureste asiático es una figura reverenciada y temida, mientras que en Finlandia el docente es más un guía u orientador. ¿Que modelo de docentes queremos? ¿Cuál es el tipo de alumnado que deseamos?.

PD. Si queréis saber más sobre el tema Rosa Torres tiene una excelente entrada sobre el tema que os recomiendo que leáis con detenimiento.
http://www.abc.es/sociedad/20130209/abci-pisa-mentiras-hongkong-corea-201302081232.html
https://www.examtime.com/es/blog/mejores-sistemas-educativos-del-mundo/

1 comentario:

  1. En mi opinión, como en casi todas las cosas en esta vida, creo que lo ideal está en un término medio. Se pueden lograr grandes resultados académicos en los diferentes marcadores sin tener que sacrificar la infancia de los niños y, en caso de necesitar academias de refuerzo y similares, que éstas posean un enfoque distinto al puramente academíco, con mayor atención a la diversidad y capacidades de cada alumno.

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